viernes, 5 de junio de 2009

El aborto (2 de 5): Análisis del esfuerzo y el ideal en el capitalismo


“Es una persona que se ha hecho a sí misma”, es una frase proverbial que se oye no pocas veces en nuestra cultura cuando se quiere ensalzar a un hombre o mujer cuando ha empleado un gran y vistoso esfuerzo individual para alcanzar una posición de prestigio en la sociedad. Desde que apenas hemos cumplido unos pocos años de vida, nos inscriben en una carrera social de la que obligadamente debemos formar parte si queremos considerarnos unas “personas maduras” o “de provecho”; insidiosa e inconscientemente se nos impone la necesidad de “crearnos un nombre” ante nuestra familia y grupos de pertenencia: “estudia duro para poder encontrar un buen trabajo”, “gana experiencia para mostrar a los demás que vales”, “ve formándote un buen currículum”, son expresiones que indudablemente forman parte del lenguaje cotidiano. Es en parte por esto por lo que a menudo nos gustamos a nosotros mismos cuando obtenemos una valoración positiva de otros por algo que “lleva nuestro nombre”, y más si lo nombrado existe a causa de nuestro esfuerzo (sea grande, pequeño o a veces nulo). Si la frase de François Mauriac, “nuestra vida vale lo que nos ha costado en esfuerzo”, es considerada literalmente válida por el sistema capitalista, como parece que así ocurre, de poco distaría éste del dios protestante (cuya ética consideraba Max Weber como origen de tal sistema, entre otros), que permite solamente la salvación de los social y económicamente prestigiosos. La única diferencia estribaría en el origen del evaluador del “currículum”, léase social o divino.


En consecuencia, nuestro sistema nos hace tender a una visión estrictamente práctica del ser humano, es decir, se le considera tan válido como la cantidad y calidad de funciones que sea capaz de desempeñar (sobre todo si su cultura las considera fuente de prestigio) y como tanto esfuerzo esté asociado a su formación como persona. Tomando parte de la cultura europea como ejemplo, se considera personas generalmente más valiosas a cantantes, futbolistas o altos cargos de una empresa, pues sus capacidades de cantar, patear el balón y dirigir respectivamente, han emergido como socialmente más valiosas en nuestra cultura, y completando con la segunda afirmación, se tendrían como más prestigiosos los que, principalmente dentro de esos grupos, dejan ver que han empleado un mayor esfuerzo (“han forjado un mejor currículum”) para llegar a ocupar tal posición. Evidente y afortunadamente, sería engañarse el pensar que las atribuciones emocionales de las personas no juegan un papel importante en estas valoraciones; en relación con lo ya dicho en mi anterior artículo, las personas, tanto de manera positiva como negativa, tendemos de forma natural a implicarnos afectivamente con otras personas; por eso cada individuo es usualmente capaz de superponerse a las valoraciones del ser humano que el sistema se empeña en imponerle y hacer las suyas propias. Normalmente estas suelen dirigirse de manera muy positiva (o también muy negativa) a los miembros de la familia y de redes sociales cercanas, y en un contexto más macrosocial, contribuye en gran manera a mejorar o empeorar las percepciones de determinados personajes, como los ejemplificados anteriormente, sin tener tanto en cuenta su “currículum” o su gran destreza (elementos citados como esenciales para el sistema): un futbolista que demuestra un muy buen juego (“funciones” prestigiosas y de calidad), debido en parte a su dura formación en las mejores escuelas (buen currículum), muestra una “chulería” que hace que a mí me caiga realmente mal (atribución emocional personal negativa), sin embargo, nunca desearía su muerte o que sufriera una fuerte lesión porque de alguna manera empatizo con el y con sus seres queridos, ya que a mi nunca me gustaría que alguien deseara mi sufrimiento por nada que pudiera hacer (atribución emocional personal positiva).


Si bien es cierto que nuestras atribuciones afectivas nos hacen “ocultar” en cierto modo el ideal capitalista puramente productivo que inconscientemente también forma parte de nuestra psique, ¿qué pasará cuando asignemos un escaso o nulo afecto a X (sea persona, objeto o animal)?. Dándose éste hipotético caso, lo más probable según la presente exposición, es que emerja un componente más puramente funcional en nuestra valoración de X. Este hipotético caso podría, por qué no, identificarse con el aborto. Antes de comenzar a profundizar en cualquier análisis en relación a ésto conviene que repasemos los anteriores conceptos, integrándolos cuidadosamente con un tema tan socialmente activo como este. A lo largo del presente análisis he identificado dos variables necesarias y prácticamente suficientes para considerar la valía de un ser humano desde un punto de vista estrictamente práctico, que es del que se sirve nuestro sistema económico para catalogarnos; éstas son la capacidad de desempeñar con éxito determinadas funciones de prestigio social y la vistosa posesión de un “currículum social” formado por experiencias anteriores fruto de un esfuerzo objetivo. Afortunadamente para nuestra humanidad, existe en nosotros una capacidad de valoración en la que influyen significativamente los afectos, razón por la que asignamos nuestras valías personales en cuanto a ellos (aunque no estrictamente); ahora bien, ¿qué pasa cuando “algo” no despierta (o nosotros mismos no dejamos despertar) estos afectos?. En relación a lo comentado en el artículo anterior, ¿cómo valoramos a un zigoto, un embrión o a un feto en el que poco juega parte (o simplemente no dejamos que la juegue) la emocionalidad?. He aquí la respuesta: en términos productivos y de esfuerzo; ¿cómo quedaría entonces de este modo?. Nos lo podemos ligeramente imaginar. Según la primera variable, pienso que no hace falta explicar que un ser humano en su periodo de formación no solo goza de unas capacidades productivas nulas, sino que incluso pueden considerarse negativas, pues en muchos casos resta capacidad a la “madre” con afectaciones emocionales (según lo que signifique para ella el embarazo) y orgánicas (repercusión del embrión en el cuerpo de la madre). Bien es verdad que todo lo que al final acaba produciendo debe pasar por una etapa de “formación” en la que es puramente receptor, sin embargo, el papel más influyente en la decisión de abortar lo juega la segunda variable, la del esfuerzo. Si algo carece ante nuestros ojos de afecto y productividad, al menos vamos a “echar un ojo” a los recursos que han sido empleados para su formación, pues si son muy costosos quizá merezca la pena una mejor valoración, entonces, ¿cómo es el currículum de eso que tiene la mujer en el útero?. Vamos a aventurarnos; en el apartado experiencia laboral mostraría algo así como: provocador de problemas a una pareja y su familia; y en el de formación académica: un acto sexual. Cualquier técnico mínimamente experto en selección de personal rechazaría a un candidato con una tan sencilla y placentera manera de volver a encontrar, en un momento que a la empresa no le conviene demasiado, pues fácilmente puede conseguir a otro igual de dotado cuando considere (si es que algún día lo considera) que corren tiempos más propicios para comenzar a “adiestrarle”.


En resumen e integrando lo ya dicho sobre el tema, alguien que considere la posibilidad del aborto ante un embarazo no deseado, intentará despojarse de todo afecto y empatía hacia tal ser humano en formación, y cuando creyera que lo ha conseguido, lo valorará como una inversión más; por lo tanto, tanteará los recursos disponibles, las ventajas y desventajas y si este es el momento propicio para obtener una “mayor rentabilidad” del “producto”. Tendrá en cuenta, entre otras cosas, la carga emocional que sufrirá tanto él mismo como el “futuro” ser humano, los recursos económicos, sociales y personales disponibles o si tal inversión es rentable para su situación vital actual. Como si de un broker de banca se tratara, discutirá y balanceará estas especulaciones y decidirá si es o no el momento adecuado para “apostar”; pero hay algo que tendrá seguramente un alto peso en tal decisión, y es la gran facilidad de recrear una nueva posibilidad de inversión de este tipo, algo que no requiere más esfuerzo que el gozar de actos sexuales en épocas fértiles de una mujer (o utilizar algún juego de probetas); por lo que seguramente decidirá que abortar ahora y esperar a otro momento de mayor rentabilidad es, tanto para el beneficio del futuro niño como para los supuestos padres, la solución más cabal que podría tomarse. En estos momentos recuerdo la inteligente frase de un gran filósofo ingles, Alfred North Whitehead, que allá por el siglo XIX dijo: “El desvanecimiento de los ideales es triste prueba de la derrota del esfuerzo humano”, y no puedo evitar relacionarla con este peliagudo tema del aborto. La mentalidad capitalista nos impulsa a un esfuerzo vacío y carente de metas guiadas por principios o ideales profundos; producir por producir y consumir por consumir; para que el sistema se mantenga en una base segura y yo y los que me rodean tengamos para comer y disfrutar (aunque los de un poco más allá se mueran de hambre).


¿De verdad veis tan rebuscado mi pensamiento?; desde el principio siempre he pretendido huir de parecer demasiado demagógico o utópico, pero si tanto se ha sumergido el ser humano en un mar vacío que no corresponde a su naturaleza, hasta tal punto que no es capaz de darse cuenta de tantas paradojas y aparentes contradicciones como que algo tan complejo como un cuerpo humano adulto es precisamente complejo porque anteriormente fue simple, no pudiendo esto ser de otra manera; si tan grande e importante se cree que cuando ve sus simples inicios es incluso capaz de renegar de sí mismo; y a la vez, si tan escéptico se muestra que no es capaz de darse cuenta de cómo un acto tan simple y placentero como es el sexual puede dar lugar a algo tan complejo como la vida; si todo esto lo consideramos con los ojos bien abiertos, nos daremos cuenta que detrás de eso que llaman “hacerse a sí mismo” debe haber, no una perfecta sumisión al sistema (como así se suele tomar la frase), sino un eterno juicio de la realidad que se nos intenta mostrar, un infinito formar y forjar de eso tan socialmente manipulado que llaman ideales, actuar siempre de acuerdo a ellos y reflejarlos con orgullo y letras grande en nuestro currículum de la vida.

10 comentarios:

Davidorias dijo...

Hola, Gonzalo,
Muchas gracias por tu artículo, y por ponernos en el disparadero. La verdad es que hace falta plantearse cosas en serio.
Estoy de acuerdo contigo parcialmente, y lo digo porque creo que el argumento es válido, pero hay más cosas. Es cierto que la consideración productiva o utilitaria del ser humano está ahí, pero creo que actualmente esto pasa sobre todo en los adultos, o si quieres, ya cuando la persona tiene cierta capacidad de actuación por su cuenta. Ahí es cuando se nos mide por nuestros resultados en muchas ocasiones.
Sin embargo, en relación con el aborto, tengo la impresión de que actualemente las cosas van por otros derroteros. Estamos viendo a nuestro alrededor el continuo "buen rollito" en muchas cosas; la huida del conflicto en el que cada uno se encuentra con su propia realidad y la de los demás, etc, etc, etc. Bueno, estamos en la famosa "dictadura del relativismo": cada uno tiene su propia verdad, aunque hay algunos están más en la verdad que otros.
En el caso del aborto, es la misma falta de una adecuada o realista consideración del ser humano lo que está causando estragos. Realmente, mucha gente no se sabe ni quiere saber lo que es un ser humano (ya lo hemos oído últimamente por alguna ministra).
Esta corriente está alejada del capitalismo, pues no es ni siquiera materialista, aunque tenga parte de sus raíces en este concepto.
No sé cuál es el "antídoto" contra esta corriente zapateril, basada en la ignorancia, el "buen rollito", el postmodernismo, y una buena mezcla de ideas marxistas, ecologistas, freudistas, y qué se yo qué más movidas.
¿Alguien tiene alguna idea? Yo estoy leyendo la biografía de Juan Pablo II, por poner un ejemplo.
Abrazos
David

Anónimo dijo...

Querido Gonzo, leí hace tiempo la 1ª ahora he leido la 2ª.
Creo que es muy bueno que intentes poner por escrito tus pensamientos y una forma racional de plantear los problemas y las cuestiones más actuales. Haces muy bien.
De todos modos a mi personalmente me parece que tu exposición es muy parcial, es de un planteamiento únicamente economicista, cuando ahora realmente el planteamiento del aborto es más una reflexión desde el más puro sentido del placer y del sentimiento. Aún así creo que es bueno ver tu postura porque hay gente que puede plantearse las cosas así, con esa motivación que yo calificaría más de materialista que capitalista (recordemos que ese mismo planteamiento es el que se da en países como Corea del Norte o China continental y no sos esactamente capitalistas, pero si materialistas).
Me imagino que la verdadera luz aparecerá en el último episodio, como ocurre con las buenas novelas y series. Por eso esperaremos a leerte.
Por cierto no pongo esto en el Blogg porque ya sabes que yo no puedo por no tener correo de gmail. Pero si tú quieres "colgárme" siéntete libre.
Un abrazote, Jm

Anónimo dijo...

Pues a mi me parece acertado el argumento de gonzo. La doctrina capitalista forma parte de nuestra manera ver las cosas, digamos que es un filtro entre tus sentidos y tu cerebro, apre/endido, adquirido. Es parte de nuestra cultura y está tan arraigada en nuestras estructuras mentales que es incluso una estrategia de toma de decisiones:

- Tito: Ey gonzo! unas birras???
- gonzo: uff... no sé, por un lado me apetecen, pero debería estudiar.

Nos encontramos aquí con una oferta, una oportunidad. Ante ella dos opciones, cada una tiene un "coste de oportunidad"(lo que pierdo al decidirme por una en concreto) y unos beneficios, que pueden ser a corto plazo o a largo plazo.

Qué nos dice la "responsabilidad"?? Gonzo, vete a estudiar porque el beneficio a largo plazo es mejor, duro ahora, pero finalmente será más rentable.

Entonces gonzo se va a estudiar y se deja colgado a su gran amigo tito que se emborracha solo (esto último, en términología bélica moderna, se llama "daño colateral")

Conclusión: la estructura de toma de decisiones más fácil y lógica es la que nos da la doctrina capitalista: coste, beneficio, etc... (es lo "responsable": el lenguaje es el mejor testigo de las culturas)

Pero... no es un poco frío todo esto??? donde entran en todo esto las emociones humanas??? Porque la razón es una parte del ser humano, pero éste también es emocional y esto interviene en su "toma de decisiones".

Imaginemos que tito coge y dice:
- Gonzo, vente conmigo a tomar unas birras tio, que estoy destrozado que se me ha muerto el canario.

Aplicaría gonzo en ésta ocasión el mismo análisis que antes??? Yo creo que no. Porque ha entrado una variable más, una variable dificil de cuantificar, de medir, de darle un valor... Porque la variable es emocional.
(Nota: todas las decisiones implican emociones, somos humanos; pero hay algunas en las que esto es más palpable e intenso, como en este último ejemplo).

En el tema del aborto, si he entendido a gonzo bien, pasa lo mismo: establecemos el sistema de toma de decisiones antes nombrado: rentabilidad, costes, beneficios... pero nos abstraemos de las emociones, porque estas desvirtúan la toma de decisión racional. En resumen, porque duele menos. Porque un aborto es duro psicologicamente hasta para Pocholo el de telecinco. Somos humanos.

tito

PD: Únicamente indicar también que el aborto se practica por el hombre desde tiempos inmemoriables y que el capitalismo como sistema económico predominante sólamente desde hace unos tres siglos.
Saludos!

Davidorias dijo...

Hola de nuevo,
Tito, no creo que sea muy útil considerar el capitalismo como una doctrina, y menos aún como un comportamiento. En el fondo, dar este argumento es también dar la razón a los que defienden el capitalismo como algo consustancial al ser humano.
En realidad, el capitalismo no deja de ser un mero sistema. En el fondo es algo sencillo de entender, y basta con irse a las definiciones, y a la historia y a la filosofía.
Parece que consideráis el capitalismo como el culpable de una buena parte de los problemas de la humanidad, cuando en realidad es un invento humano, y como tal, que puede y debe aplicarse en su justa medida. ¿Hablamos pues de justicia?
Quizá lo conveniente es considerar lo que ha inventado la Humanidad para entenderse a sí misma, para mejorar y para desarrollar sistemas más justos y equitativos (lo que hasta el mismísimo Marx hacía, a pesar de los resultados).
Para no extenderme, creo que sólo a la luz del concepto de lo que es un ser humano, y por tanto la Humanidad, (y por supuesto del conocimiento de muchas cosas, como la historia, la economía, etc.) es posible hacer una adecuada crítica a los sistemas en los que nos movemos. Y este concepto es inspirado por Dios, porque si no es así, ¿alguien puede dar una definición universal sin dejarse influir por sus propias opiniones y vivencias?
Bueno, en vista de lo cual, os recomiendo un blog:
tadurraca.blogspot.com
Quizá encontréis algunas respuestas mejores que la mía (vamos, seguro)
Un abrazo
David

Davidorias dijo...

Hola de nuevo,
Efectivamente en Tadurraca había un comentario respecto al capitalismo, de 2008. Creo que es útil. Lo adjunto:
"Identificar sistema capitalista con avaricia o consumismo me parece confundir las churras con las merinas. El sistema capitalista, conviene ver las cosas con perspectiva, ha sido capaz de generar una cantidad de riqueza y de bienestar impresionante e increíble. Criticar el bienestar desde dentro y no tener esta perspectiva de siglos me parece grave. Una cosa es el sistema, que es una de las creaciones humanas más provechosas y eficientes –con imperfecciones, desde luego– y otra que los seres humanos en vez de practicar las virtudes, practiquemos más frecuentemente los vicios. No hay sistema económico blindado contra la avaricia, la insensatez y la locura. ¿Qué el sistema debe ser perfeccionado? Sin duda. ¿Suprimido? Disparate. Ahora bien, perfeccionado, ¿por quién? Porque si el que tiene que perfeccionarlo es el Estado, apaga y vámonos. No quiero ni pensar que el Estado “perfeccione” el sistema económico como lo hace con la justicia, la policía o las cajas de ahorros. Y es que el comunismo no es un sistema. Es un capitalismo de Estado. Y si es cierto que hay malos empresarios, la historia ha demostrado que el peor de todos es el Estado. Y también hay buenos, muy buenos empresarios, aunque como siempre, se hable más de los malos que de los buenos. Empresarios de pequeñas, medianas, grandes y enormes empresas que con el buen hacer diario y la ética personal, profesional y social, crean riqueza que beneficia a millones de personas, empleados, pequeños y grandes accionistas, clientes, sociedad, etc. Empresarios que trabajan por un futuro mejor para las personas."
Un abrazo
David

GGF dijo...

Cierto es que habría que concretar qué aspectos del capitalismo son los que afectan a esta percepción utilitarista del ser humano cuando negamos u ocultamos nuestra parte emocional. Intentaré hacerlo en los siguientes artículos.

Por el momento, voy a tratar de dar mi opinión sobre ciertos detalles de vuestros comentarios que considero relevantes:

Sin niguna duda, el capitalismo como sistema económico (en su forma actual, neoliberal) no lleva mucho tiempo vigente y sería absurdo pensar que hubo un cambio cualitativo en la mentalidad de las personas significativamente grande desde su "entronamiento". Por otro lado, también estoy de acuerdo en que es algo creado por el mismo hombre, y por eso es lógico pensar que la "mentalidad capitalista" existía desde mucho tiempo antes a su establecimiento. Por ello quiero indicar que el concepto "capitalismo" del que hago uso tiene un significado mucho más amplio que el de un simple sistema económico. Al igual que el "nazismo" (como mentalidad, no como ideal político) no nació con Hitler, sino que éste sólo fue una manera de "darle nombre" a la ideología, de "materializarla"; lo mismo podría aplicarse al capitalismo. Desde tiempos inmemoriales han existido intercambios, formas de publicidad, tendencia al lucro, ocultación de las emociones y consideración de "materia por encima de humanidad"; hoy en día, la necesidad ha creado un concepto que se acerca y engloba en gran parte a este tipo de términos y prácticas, el de "capitalismo neoliberal". Pido un esfuerzo para, en mis artículos, intentar comprenderlo de este modo, huyendo en cierta medida de definiciones de diccionario.

Muchas gracias David por tus comentarios. Voy a intentar también dar mi opinión sobre ellos.

(El capitalismo es un mero sistema...)

Parece que con esto quieres decir que no hay que considerarlo de forma diferente a un modo de organizar la economía, sin embargo, creo que no puede negarse que el hecho de que se haya llegado a este tipo de sistema refleja muchas cosas de la conciencia del hombre que merecen un análisis.

(Parece que consideráis el capitalismo como el culpable de una buena parte de los problemas de la humanidad...)

Como dices, sería incorrecto considerarlo de esta manera; un sistema económico no puede ser culpable de nada, ni siquiera tampoco los miembros que lo integran, pero si tiene culpa el modo de conciencia que éste fomenta y retroalimenta.

(El sistema capitalista, conviene ver las cosas con perspectiva, ha sido capaz de generar una cantidad de riqueza y de bienestar impresionante e increíble...)

¿Que el capitalismo ha sido capaz de generar riqueza y bienestar?. Supongo que la perspectiva desde la el autor de tal comentario dice que hay que verlo es la de los países desarrollados; si no, no lo entiendo. Me gustaría que me explicara en qué medida ha contribuído a aumentar la riqueza y el bienestar en los países en vías de desarrollo. Acabo con un dato: desde 1990 a 1998, efectivamente la renta mundial aumentó en promedio un 2,5 anual, sin embargo, el número de personas que vivían con menos de un dólar al día en el mundo aumentó de 2718 a 2801 millones de personas (datos del Banco Mundial). Cada uno que reflexione a su manera.

Un abrazo a todos y gracias por los comentarios, por favor, ¡seguid escribiendo!

Anónimo dijo...

Buenas! Empieza el movimiento por aquí y es genial.


"No taxation without representation". Liberales ingleses exigiendo a la cámara alta poder para decidir. En caso negativo, amenazaban con dejar de pagar impuestos. S XVII. Inglaterra. Inicio del capitalismo.

tito


Creo que si nos remitimos a la historia debemos considerar al capitalismo algo más que un sistema económico. Y lo tacho de doctrina porque, si nos remitimos a la historia, podremos ver que lo que empezó siendo una creación de gestión acorde con las revoluciones industriales (que tanto progreso dieron, junto a una inmensa miseria y sufrimiento de los que no poseían los medios de producción), terminó siendo un modelo de vida que actualmente se exporta y se vende.

Ya en los felices años 20 nos encontramos con la primera sociedad (no mercado ni estructura) capitalista de escaparate. Desgraciadamente esa época irresponsable en cuanto a la gestión e inversión de capital y modelos productivos terminó con el Crak del 29 debido a los ciclos de la economía liberal.

Y como a partir de entonces el asunto va de guerras, hay que conocer la máxima del lector bélico: "la historia la escriben los vencedores". Y digo esto porque, como siempre, estamos terciados en nuestros pensamientos o conocimientos.

Los americanos ganaron la IIGM y los europeos les debemos mucho más de lo que seguramente hoy en día nuestra generación intuye. Su lucha fue nada más y nada menos que contra el nazismo y fascismo, sistemas totalitarios de un fuerte corte colectivista similar a otros comunistas de la II mitad del s XX.

Más tarde comenzó la Guerra Fría, una etapa en la historia en la que ya el capitalismo no se vendía como un sistema económico, sino como incluso una manera de ver la vida; en contraposición con el enemigo comunista, "despiadado y deshumanizado". Una pugna mundial entre dos sistemas, como la que fue la guerra fría, no puede verse como una mera lucha entre sistemas económicos. En su trasfondo había mucho más.

Sintetizando, fue una lucha por el papel que debía jugar el individuo en la sociedad. La colectividad (comunismo) frente al individualismo (capitalismo) como base del sistema y que condiciona el resto de su construcción.

Con la caída del Muro de Berlín el capitalismo se hizo con practicamente el resto del globo y actualmente nos encontramos en la globalización, un proceso tampoco exclusivamente económico, sino también social y cultural que está cambiando el mundo.

(2ª parte en el siguiente post)

Anónimo dijo...

Como es lógico no podemos ver el capitalismo como un enemigo porque, primero, es producto de nuestra propia sociedad y parte ya del ser humano (como habeis dicho) y, segundo, porque viendo el tema con perspectiva, nunca hemos crecido ni progresado más que con este sistema que se basa en la competición y superación frente a la extinción. Ha sido un salto cualitativo increible.

Visto esto, si pudieramos corregir en cierta manera los fallos del capitalismo podriamos mejorarlo. Durante la II mitad del s XX en Europa se desarrolló el Estado de Bienestar que consistió en ponerle barreras a la economía liberal para corregir sus injusticias en la medida de lo posible. Parecía esta la solución a los desequilibrios en la distribución de la riqueza que produce la economía de mercado libre, pero esto está ya obsoleto porque el modelo es válido para el Estado-Nación, pero no para un mundo globalizado en el que todo está interconectado y las fronteras ya sólo impiden el paso de las personas, no de los capitales.

Ya para terminar (lo siento, soy un pesao), Paretto estableció esa curiosa relación entre el 20 y el 80 en muchos aspectos de la vida y las sociedades. Así, tenemos que el 20% de la población mundial vive con el 80% de los recursos, quedando el 80% de la demografía con el 20% de los recursos. Es este un reparto justo??? Es la historia de occidente justa con los países del resto del mundo que colonizó con ejércitos y que ahora explota economicamente??? Es el FMI justo con sus medidas en el mundo subdesarrollado? Es justo que África sea un vertedero despues de como la hemos ensuciado y explotado? Es a mi entender injusto, terriblemente injusto. Y los humanos como tal hemos sido los culpables por encima de cualquier sistema económico, pero... ayudará el sistema actual a corregir el problema??? ayudará a crear un mundo más justo y donde esté la riqueza mejor distribuida???

Creo también que los propios cimientos del capitalismo basados en el individualismo y el máximo beneficio nos dan por si solos la respuesta.

tito

Davidorias dijo...

Hola, soy David,
Esto ya empieza a tener más sentido. Tito ha planteado la pregunta adecuada: ¿cómo podemos mejorar? Pues ni más ni menos que entendiendo el problema. ¡Ahí es nada! Y para realizar esto no queda más remedio que acercarse a los que creemos que saben (solos es complicado, por no decir casi imposible), y que conectan con nuestro fondo, ya no sólo con nuestras ideas, que pueden cambiar con el tiempo.
Además, sacrificarse, luchar, estudiar, leer, trabajar, comprometerse, etc. Tratar de alcanzar una altura moral acorde con nuestras creencias más profundas (no siempre creemos saber cuáles son), aunque en muchas ocasiones pensemos que estamos equivocados.
En fin, el camino puede ser apasionante, y lleno de belleza.
Un libro muy recomendable (no, excelente): "Tiempos modernos", de Paul Johnson.
Abrazos
David

Anónimo dijo...

Wey! Pues puestos a recomendar libros aquí tengo un par en la linea de "tiempos modernos":

- "Postguerra" de Tony Judt (en la línea de tiempos modernos, aunque comienza después de la IIGM y no es tan interpretativo, es más descriptivo... y x eso más aburrido también).

- "La cultura" de Dietrich Schwanitz (este lo recomiendo a lo bestia! es una pasada ver aglutinada las grandes creaciones de la humanidad en un mismo libro, además contada tan bien como lo hace aquí el hombre este).


PD: Gonzo mamón... que tus amigos estamos más que tu por tu propio blog...

Saludos!

tito